
Al igual que el resto de dólmenes que encontramos en Aragón, son de pequeño tamaño y de planta rectangular. Muchos tienen en la entrada una losa más pequeña que el resto y que sirve para obstruir parcialmente el acceso. Por su situación, los dólmenes corresponderían a comunidades de economía predominantemente pastoril.
Su origen lo podemos situar en los periodos todavía no muy conocidos por los historiadores, Eneolítico y Neolítico, a partir de aproximadamente el 5.000 a .c.
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