lunes, 17 de octubre de 2011

APARICION DEL PRIMER TRANVIA EN ZARAGOZA


El 17 de octubre de 1985 se cumplían cien años desde la aparición del primer tranvía de tracción animal en Zaragoza, hecho que tuvo lugar en coincidencia con la II Exposición aragonesa de productos de la agricultura, de la industria y de las artes. En 1902 se procederá a la electrificación de la línea de Torrero y se inicia un proceso de expansión de la red que, en forma radial, convergía en lo que actualmente es la plaza de España. Con diferente duración llegaron a existir hasta diecisiete líneas principales, que jugaron un papel de primera magnitud en el desarrollo económico de la ciudad y en la configuración de su desarrollo urbanístico. Los tranvías representaron un elemento notable del paisaje urbano y alimentaron durante décadas una estética de la ciudad que todavía recuerdan numerosos zaragozanos. Desalojados por una política en la que subyacían intereses no siempre confesables y que, en todo caso, pretendía favorecer el crecimiento del parque automovilístico, hicieron su último viaje el 23 de enero de 1976, con el cierre de la última línea superviviente: la de Parque-San José, en un momento en que numerosas voces de expertos en materia de urbanismo y de simples usuarios pugnaban en un contexto político adverso para sus aspiraciones por la continuidad de los mismos. Este servicio público, en el que la familia Escoriaza, perteneciente a la burguesía zaragozana, jugó un papel determinante, alimentó el desarrollo de la industria , que los fabricaba para la compañía «Tranvías de Zaragoza», de la que eran socios mayoritarios, así como para servir una notable cartera de pedidos dentro del ámbito nacional principalmente.
Con motivo del centenario, la Diputación Provincial de Zaragoza, en colaboración con el Ayuntamiento de esta ciudad, organizó una exposición, ubicada en el palacio de Sástago. Fueron director y comisario de la misma José María Valero Suárez y Juan Antonio Peña Gonzalvo, respectivamente. La muestra recogía abundante material tranviario, incluyendo dos vagones de tranvía, y a través de las diferentes salas de su recorrido mostraba al público más numeroso que haya asistido a cualquier exposición en esta ciudad una abundante documentación formada principalmente por fotografías, maquetas, gráficos, así como por material tranviario —accesorios, indumentaria de los empleados, etc.-. La exposición tuvo lugar entre los días 6 de octubre y 3 de noviembre de 1985 y respondía a un esquema de presentación que se configuraba en tres grandes capítulos: los tranvías en Europa, los tranvías en España y los tranvías en Zaragoza. El apoyo audiovisual contribuía a reforzar el sentido de la muestra. No sólo por la gran riqueza descriptiva, sino también por su sentido didáctico, puede afirmarse que la exposición contribuyó a abrir la posibilidad de un debate sobre la reimplantación de un sistema de transporte altamente funcional por su economía y por la ausencia de contaminación.

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