Sagarra, como muchos hicieron en aquella época, se decantó por vivir en paz y evitar arriesgar su vida por unos ideales, y así siguió trabajando por la cultura, la literatura y la lengua catalana, logrando estrenar obras de teatro en catalán y publicar poemas en catalán gracias a sus gestiones, cosa que muchos quienes lo criticaron de débil y condescendiente y presumían de ser los grandes defensores de Cataluña no lo consiguieron ni una sola vez durante los treinta y ocho años que duró el régimen franquista. Entre 1940 y 1961 escribió las siguientes obras en lengua catalana:
Poesía
Entre l'equador i els tròpics, 1947
El poema de Montserrat, 1956
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